viernes, 6 de noviembre de 2009

e-book



La imprenta hizo desaparecer a los escribas y monjes copistas, los libros de piel dieron paso al papel… el mundo del libro ha ido evolucionando con los siglos…

En el siglo XXI nos encontramos con un invento revolucionario, E-book, objeto de debate y, sin duda, regalo estrella de estas navidades para todos los amantes de los últimos gadgets tecnológicos.

En EEUU, existe una fiebre con este producto que parece revolucionar la afición de la lectura y la redacción de los textos de investigación desde que salieron al mercado hace mas de 2 años. A España han llegado hace poco, pero podemos encontrar el Cool-er, Inves, el Reader de Sony (estos 3 disponibles en varios colores para los más creativos), iLiad, Papyre y el Kindle de Amazon. Y tan solo rondan los 250-300€.

Los que ya cuentan con uno, están encantados con él. Nos han dicho que son ligeros (menos de 300 gr) y su pantalla de tinta electrónica no es reflectante, lo que hace posible leer con luz natural, sin necesidad de forzar la vista.

Esperamos que en el futuro se puedan incorporar a ellos programas de traducción y diccionarios… que facilitaran la lectura en otros idiomas, se podrán intercambiar entre los lectores obras a través del bluetooth, será posible incorporar pistas de reproducción de sonido que acompañen a la trama… se abre un mundo de posibilidades tecnológicas infinito, aunque para esto aun tendremos que esperar.


Nos gusta porque:

Supone evitar la tala indiscriminada de árboles para imprimir muchas nuevas páginas.

Es el perfecto compañero para el lector viajero, que no necesitara llenar su maleta de libros con el peso que ello acarrea. Se pueden transportar cientos de libros, y su bateria ronda las 8000 paginas.

Nos parece especialmente practico para los escritores de tesis doctorales que necesitan de abundante bibliografía, aunque la contrastar varios libros al mismo tiempo se hace algo difícil aun en este soporte.

También adecuado para los amantes de la lectura que viven en pisos muy pequeños o minimalistas con poco espacio para estanterías, y que decir de aquellos que estan “locos” por adquirir las últimas novedades tecnológicas.

De serie se incluyen los clásicos de la literatura que por el transcurso del tiempo no están sujetos a derechos de autor, lo que permite adquirir y al menos ojear, obras que quizá nunca hubieran despertado el interés de un género concreto.

Siendo España uno de los países con menos lectores del mundo (sin contar los de bajo índice de alfabetización), el nuevo soporte puede incitar mas a la lectura que el antiguo, o al menos a consultarlo, por aquello de la novedad.



No nos gusta porque:

Acaba con el ligoteo en las cafeterías y parques. Será más difícil entablar una conversación con un desconocido sobre el título que está leyendo, o pasear un libro de “alto contenido intelectual” para impresionar.

Las descargas de las nuevas obras se suman a la guerra abierta entre la SGAE y los consumidores que adquieren por métodos alternativos.

Elimina las bibliotecas privadas que tanto dicen de los habitantes de una casa.

Al lector poco habituado a las nuevas tecnologias, se le hara difícil la lectura en este nuevo soporte, ya que deberá introducirse en un mundo de caracteristicas cuyo nombre y utilidad desconoce, como megas de memoria interna, salidas USB, si dispone o no de wifi, salida Ethernet… además de la compatibilidad de los libros entre otros.

A pesar de que se esta introduciendo el formato epub como el compatible para todos y muchos aceptan tambien pdf, de momento, antes de comprar un libro digital tendremos que comprobar sus compatibilidades.

Se depende de la duración de la batería para terminar el libro y los más despistados olvidamos siempre cargarlas.

No se puede llevar a la playa ni a la piscina en verano, porque las altas temperaturas pueden dañarlo o entrar arena o agua.


Conclusión:

La pregunta que nos ronda por la cabeza es si el libro digital hará desaparecer al de papel.

Cuando vamos a una librería a comprar un libro, pasamos las hojas y tocamos sus tapas, somos conscientes de que requiere de un gasto de producción, que se reduce considerablemente cuando hablamos del libro digital, cosa que hace que el precio sea solo uno de tantos puntos que generaran en el futuro un largo debate. Las editoriales deberán darse prisa si no quieren que les ocurra lo mismo que a las discograficas.

Ya existen programas de intercambio de libros digitales por Internet, con la consiguiente batalla legal entre los derechos de los usuarios, los derechos de autor y las repercusiones economicas para las editoriales que ello acarreara.


Ambos soportes convivirán mucho tiempo, ¿será el digital el depredador que hará extinguirse el libro de papel? El tiempo dirá! Pero no se ha inventado aun la tecnología que reproduzca la sensación de paz que se respira en una biblioteca, estanterías infinitas llenas de tomos, el tacto del lomo de un libro antiguo, el crujir de sus hojas amarillentas al abrirlo, aquella dedicatoria escrita en la contraportada, los marcapáginas… Nosotras lo tenemos claro, larga vida al libro impreso en papel!