lunes, 10 de mayo de 2010

Gabardina, we love you

Gabardina, we love you

Ha pasado mas de medio siglo desde la mítica escena de Casablanca, en la que en medio de la niebla Bogart, con el cuello de su gabardina levantado, le dice a una enamorada Ingrid Bergman: “siempre nos quedara París”, mientras ella se aleja con los ojos llenos de lagrimas.


Al igual que esta escena ha resistido el paso del tiempo, transformándola en un clásico, la gabardina, que tan elegantemente vistió Bogart, se ha convertido, con el paso de los años, en una prenda básica en todo guardarropa, tanto de hombres como de mujeres, siendo esta primavera un básico imprescindible.
Esta temporada, las gabardinas inundan los escaparates y las calles como un refrescante chaparrón, sin olvidar sus orígenes como prenda masculina para resguardarse de la lluvia, pero actualizada con los más variados tejidos y colores.

Junto a la siempre clásica caqui de Burberry´s, creador de este tejido, que homenajeamos desde aquí, de corte recto por la rodilla, grandes solapas y ocho botones, encontramos las más femeninas, de corte evase y colores, que van desde el blanco nuclear hasta el negro, cubriendo toda la paleta imaginable, desde el algodón a los tejidos tecnológicos.




Lo que más nos gusta: La versatilidad de esta prenda, que puede acompañarnos desde la mañana en la oficina hasta la noche en una cena informal.
Es el complemento perfecto de cualquier look, porque es en si misma una prenda chic, tanto con un ligero vestido de gasa, como con unos jeans y una camiseta, con altos zapatos de tacón o unas bailarinas, con grandes pañuelos atados al cuello o las solapas levantadas. Lo bien que resiste el paso del tiempo, siendo una inversión segura en tiempos de crisis. Los interesantes diseños que ofrecen algunas marcas, con estilos superfemeninos, que recuerdan a los abrigos de verano, sin cinturón, con una única hilera de grandes botones, o las de corte clásico masculino.

Lo que menos nos gusta: Los pocos hombres que se atreven a llevarla, pese a ser una prenda que da un toque sofisticado al más juvenil look. Los modelos de confección barata que se arrugan y pierden prestancia con el uso. Los cortes que superan el largo por la rodilla acortando la figura. Las que recuerdan al estilo Colombo porque no se ajustan al cuerpo de quien las lleva.

Resulta inspirador, acudir a otro clásico del cine y la moda. En la escena final de Desayuno con diamantes, Audrey Hepburn busca bajo la lluvia a su gato, enfundada en una entallada gabardina sobre un sencillo vestido negro. Toda una lección de estilo, de una mujer que supo adelantarse a su tiempo, llevando una prenda de la que podemos disfrutar sin complejos medio siglo más tarde.


http://www.youtube.com/watch?v=4hGSuj8tEs0&feature=related