martes, 14 de septiembre de 2010

La Vogue que vino del frio



Con la vocación internacional que nos caracteriza, este mes queremos volver la vista a las tendencias que nos ofrece la prensa de moda fuera de nuestras fronteras, concretamente Vogue, en su edicion rusa (la Biblia de la moda también es allí un referente).
Con un reportaje sobre una de sus modelos más cotizadas y famosas, Natalia Vodianova, que ocupa la portada y un especial tendencias 2010-2011, se expone, en muchas más páginas que la homónima española, que debe vestir toda fashionista del este que se precie.

Además de las distintas marcas desconocidas que se publicitan, así como las campañas de las más conocidas hechas expresamente para el Este, es interesante destacar la tendencia principal que proponen, porque en nuestro país, a pesar de estar de plena actualidad, no predomina sobre las demás. Nos referimos a la vuelta a los soviets, estilo militar, pero en su versión mas elegante.
Nos muestran chaquetas y abrigos como sacados de la batalla de Waterloo, que recuerdan a las tropas listas y preparadas para pasar revista ante Napoleón o prepararse para la venida del general invierno, aliados con complementos como medallas y condecoraciones.
Colores clave como el verde militar y el azul naval, en chaquetas y abrigos siempre con dos filas de botones dorados o plateados, con grandes solapas y trabillas.
También hay espacio para el ejército del aire, con sus chaquetas de aviador, cortas y forradas para afrontar las gélidas temperaturas del invierno ruso, y pantalones de corte masculino, junto a amplios jerséis a modo de cortísimos vestidos acompañados de altas botas.


Lo que mas nos gusta
de la edición rusa es su lujo. Moscu es la ciudad mas cara del mundo y Rusia uno de los países con más millonarios, y esto se nota en las revistas de moda, tanto por los complementos (bolsos de ediciones limitadas, tacones de vértigo de los que son usuarias las rusas a todas horas del día), como por las propuestas para el tiempo de ocio (discotecas, restaurantes y hoteles de precios prohibitivos).

Lo que menos nos gusta: su excesiva publicidad, que aunque es realmente buena, ocupa mas del 40% de la revista. El escaso público que puede permitirse comprarla y seguir sus propuestas. Y por supuesto, su idioma, lo que hace realmente difícil, por no decir casi imposible su lectura! (a diferencia de otras publicaciones que intercalan artículos en inglés).



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